El Bazar Ali Pasha de Edirne

Hersekzade Ahmed Pasha era el Gran Visir de Solimán el Magnífico y quiso regalar un nuevo edificio a Edirne, la ciudad favorita de la familia imperial. Encargó al maestro Mimar Sinan, el más grande de los arquitectos otomanos, la construcción de un nuevo bazar para que acogiera a todas las tiendas de joyería de la antigua capital otomana. Este centro comercial discurre paralelo a la concurrida calle Saraçlar, en el mismo centro de la ciudad y nos permite recorrer 130 tiendas donde podemos comprar a otros precios y menor presión que en los bazares de Estambul. No hay que olvidar los dos recuerdos más típicos de Edirne, sin los que que ningún turco regresa a su casa tras visitar la ciudad de la Tracia: los jabones en forma de fruta y las pequeñas escobas con un pequeño espejo que son conocidas por traer buena suerte.

Yeni Cami, la Mezquita Nueva cumple 350 años.

El viernes 8 de febrero de 1664 la mezquita de Yeni Cami fue abierta al rezo de los creyentes. Las obras habían empezado 67 años atrás y fueron abandonadas y vueltas a retomar en una accidentada historia que finalizó con la inauguración de una mezquita que permanece en la retina de todos los visitantes a Estambul. No en vano, está ubicada a la entrada del Cuerno de Oro, frente al puente Galata y junto al Bazar de las Especias, en definitiva, uno de los lugares más visitados y fotografiados de la capital. El 8 de febrero de 2014, Yeni Cami cumplió, pues, 350 años.

Suleymaniye. La mezquita de Solimán el Magnífico.

La Suleymaniye es una obra que reúne todos los elementos para ser excepcional. Es la mezquita más grande de Estambul, fue levantada por el más importante de los sultanes otomanos, la  construyó el mejor arquitecto del imperio y está situada sobre una de las siete colinas de Estambul por lo que está presente en las vistas más conocidas de la ciudad. Por si todo ello no fuera un reto suficiente, desde el momento de poner la primera piedra se sabía que el edificio sería comparado con Santa Sofía. A pesar de todo, el resultado estuvo a la altura de lo que se esperaba y el edificio es un magnífico e innovador monumento, indudablemente uno de los más destacados de la arquitectura otomana y que trajo nuevos conceptos propios de su tiempo. Nuestra visita a Estambul no puede dejar de lado la Suleymaniye, la mezquita de Solimán el Magnífico.

Los mejores azulejos de Estambul. La mezquita de Rüstem Paşa.

Aunque muchos visitantes de la ciudad pasan frente a ella cuando visitan el bazar de las especias y el puente gálata, hay algunos que se pierden la más soberbia colección de azulejos de Iznik que hay en Estambul. Si hemos quedado impresionados por el interior de la mezquita azul, no debemos perdernos este monumento del maestro Sinan. Aquí están las obras de los mejores artistas que sirvieron posteriormente de modelo para la producción en gran escala utilizada en Sultanahmet. La visita tiene el aliciente de buscar la entrada, muy escondida entre las callejuelas comerciales situadas bajo el propio edificio.

La Mezquita de los Tres Balcones de Edirne.

Edirne, la puerta de la Tracia, nos ofrece un monumental casco histórico a escasos 225 Km de Estambul. Aunque solo vayamos un día a Edirne, podemos visitar una gran cantidad de lugares dada la cercanía entre ellos. Una de las visitas obligadas es la conocida Mezquita de los Tres Balcones, famosa porque sus cuatro minaretes son diferentes entre sí y el más alto de ellos da nombre al monumento porque tiene tres balcones, algo inusual en el siglo XV. Tras visitar la soberbia Mezquita Selimiye y degustar el famoso hígado preparado al estilo de Edirne, no hay que dudar en dirigirnos a conocer la Mezquita de los Tres Balcones.

La mezquita Selimiye de Edirne. Obra cumbre de la arquitectura otomana.

Cuando el mejor arquitecto otomano, Mimar Sinan, finalizó la monumental mezquita de Solimán el Magnífico, los arquitectos cristianos dijeron que la mayor cúpula que se podía construir era, evidentemente, la de Santa Sofía. No sin cierta sorna, afirmaban que el maestro Sinan habría hecho una cúpula mayor si hubiera podido y de esa manera, habría mostrado la superioridad de la arquitectura islámica sobre la cristiana. Esos comentarios debieron resonar en la cabeza de Sinan durante años, pues a la edad de 80 años decidió recoger el guante y construir una cúpula mayor que la de Santa Sofía en la vecina ciudad de Edirne. La mezquita Selimiye fue su obra maestra pero por razones que nunca se han conocido, la majestuosa cúpula del edificio tampoco superó en tamaño a la de Santa Sofía. No obstante, los escasos tres metros de diferencia entre las dos cúpulas no son obstáculo para que el visitante sienta que está ante una de esas obras que marcan un hito en la arquitectura universal.