
Hasta que llegamos aquí nunca habíamos escuchado ningún tipo de música turca. Lo cierto es que fue durante los primeros días tras nuestro aterrizaje en Izmir cuando comenzamos a oír esta música por primera vez, en distintos lugares como bares, supermercados o centros comerciales. Lo cierto es que era como un ruido de fondo al que no prestábamos mucha atención. Poco a poco conseguimos instalarnos y comenzamos a llevar una vida normal. Cada día montaba a mis hijas en el coche y tal como hacía anteriormente cuando vivía en Madrid, encendía la radio y buscaba una emisora para escuchar música. ¡Dios mío, nunca pensé que fuera tan difícil encontrar algo que me gustase! Tras pasar por alto todas las emisoras de noticias, religión, o simplemente de charlas o debates de las que no lograba entender ni una palabra, encontré una que emitía música pop inglesa y nacional. Así que fue la elegida durante una larga temporada para ser escuchada en nuestros trayectos de coche. Aún recuerdo a mis hijas protestando por tener que oírla. -Mamá que horror quita esto-, -vaya rollo, pon este cd-,… Pero resultó que en unos días ya comenzábamos a tararear alguna canción y además nos empezaba a gustar escuchar esta música.